Consiste en una alteración de los estados de ánimo, que pueden oscilar desde los episodios de presión mayor a los de euforia denominadas
fases maníacas, produciendo una importante alteración vital durante dichos episodios. En los casos más leves pueden pasar desapercibidos
durante años, alternándose períodos de apagamiento y falta de ganas con otros de hiperactividad, intensidad emocional e irritabilidad.
El tratamiento combinado con medicamentos reguladores del ánimo y terapias de regulación emocional es habitualmente eficaz, especialmente si
se inicia precozmente el tratamiento
La ansiedad es un estado de inquietud, temor, sentimiento de amenaza y sensación de alerta continua, por lo general
asociada a síntomas corporales como malestar general, taquicardia, temblor o sudoración excesiva e insomnio.
La ansiedad puede ocurrir en forma de crisis súbitas e inesperadas, muchas veces con sensación de ahogo o con taquicardias.
El paciente puede sentir que se marea o que puede perder el control. También se las conoce como crisis de angustia o crisis
de pánico.
La ansiedad generalizada conlleva un estado permanente de inquietud, tensión, desasosiego.
No suele tener un motivo específico, aunque suele haber muchos microeventos tensionantes en el
entorno.
Por ello puede depender tanto de la sensibilidad al estrés de los pacientes como de las
circunstancias del entorno y de las tensiones relacionales con otras personas. Todos estos factores
deben ser atendidos en el tratamiento.
La depresión es un estado persistente de malestar que afecta a todo el organismo del sujeto. La persona con depresión
tiene un bajo estado de ánimo, está cansada, falta de energía y de motivación, falta de ilusión y no parece alegrarse
por nada.
En los jóvenes es muy frecuente que presenten irritabilidad excesiva. Con frecuencia la persona deprimida puede además
estar triste o presentar autoreproches, sentimientos negativos de minusvalía o de culpa, e ideas relacionadas con la
muerte o el suicidio.
Es un trastorno donde se encuentran a la vez síntomas de ansiedad y síntomas depresivos. El paciente tiene habitualmente un tono triste y preocupado con tendencia a la irritabilidad y el hastío. Las causas son tanto biológicas como psicosociales y deben tratarse todos los factores implicados.
El término distimia se utiliza para referirnos a estados de ánimo ligeramente bajos pero persistentes en el tiempo. Puede durar años o persistir indefinidamente si no se tratan. La persona con distimia se siente generalmente decaída y tiende al pensamiento pesimista y negativo, al sentimiento de minusvalía, a la inhibición social y a la falta de ilusión.
El estrés no es un trastorno en sí mismo y un cierto grado de tolerancia al estrés es necesaria para poder
adaptarse al entorno social. Pero ciertamente el estrés excesivo y crónico puede llegar a producir trastornos
emocionales.
El estrés puede proceder del exterior, por exigencias muy altas del entorno laboral, familiar o social, Pero
también del interior de uno mismo, por las propias autoexigencias, expectativas o intolerancias con las que funcionamos.
También influye la sensibilidad y la vulnerabilidad biológica al estrés.
Por ello es muy importante prevenir el exceso de estrés desde todas las perspectivas mencionadas, con técnicas orientadas
a manejar mejor el estrés que procede del exterior y otras técnicas y tratamientos dirigidos a identificar y modificar nuestras
propias fuentes de estrés interno.
El TOC es una alteración caracterizada por pensamientos repetitivos cargados de ansiedad, que aparecen en la mente de la persona,
que los identifica como absurdos o exagerados pero no es capaz de eliminarlos. A menudo los pensamientos llevan a las compulsiones,
que son actos también de naturaleza exagerada o absurda que el sujeto se ve empujado a realizar ante el temor de que pueda ocurrir
algo malo. Conlleva por tanto lo que se llama un cierto grado de pensamiento mágico.
Muchas personas tienen algunas obsesiones o compulsiones sin que ello signifique que tiene un TOC. Sólo cuando los síntomas producen
una alteración del vivir cotidiano hablaremos de TOC.
El trastorno tiene tratamientos eficaces, que combinan técnicas psicológicas con medicamentos que reducen la intensidad de las obsesiones.
La eficacia es mayor en los inicios del trastorno, por lo que es importante impedir que se cronifique
Las fobias son miedos irracionales o excesivos a distintas situaciones u objetos y
que pueden producir, además del malestar, una importante limitación en la vida de
las personas.
La agorafobia es un miedo excesivo a alejarse de casa o de los lugares seguros o a
estar en lugares con mucha gente (supermercados, cines, conciertos, calles grandes).
Está relacionada con el miedo a encontrarse desvalido.
La claustrofobia es un temor intenso a lugares cerrados, siendo las más frecuentes las fobias
a los ascensores o a viajar en avión. Las fobias simples producen menos disfunción vital, incluyendo
la fobia a insectos, a la sangre o la fobia a los payasos de cara pintada en algunos niños.
La fobia social es un miedo irracional a intervenir en público, bien en pequeños o en grandes grupos sociales.
está relacionada con el temor a hacer el ridículo ante los demás.
Las fobias tienen tratamientos psicológicos específicos, combinado a menudo con medicamentos específicos
y muy eficaces.
La depresión en la mujer tiene algunas características específicas que hay que tomar en consideración
para el diagnóstico y los tratamientos.
Las hormonas estrogénicas tienen una relación comprobada con los estados emocionales, y presentan
fluctuaciones a lo largo de la vida de la mujer (períodos menstruales, menopausia) que pueden influir
en algunos casos de depresión femenina.
Pero además de la biología, los factores personales y sociales asociados históricamente al hecho de
ser mujer pueden aumentar la vulnerabilidad para la depresión y deben ser contemplados específicamente
en el tratamiento.